Ahora que hemos pasado unos días practicando los dos primeros tonos, es hora de intervenir antes de dar a todos la impresión de que el mandarín se habla en “falsete”. Al igual que otros idiomas, el mandarín tiene también su lado oscuro. Pero antes de caer en picado hasta el fondo, por el bien de nuestro podcast sobre el cuarto tono, vamos a tomar una pequeña excursión de exploración por allí abajo, primero. El tercer tono es como hacer snorkeling: un breve viaje hacia abajo y luego de vuelta rápido arriba.
Como acotación al margen, aunque mencionamos en el podcast que no entraríamos en detalles sobre la variación de los tonos (“sandhi”), esto es un motín gramatical fraguándose aquí en la oficina, así que nos sentimos obligados a hacer, por lo menos, una mención rápida de lo que está por venir. Lo complicado del tercer tono es que la pronunciación cambia según el contexto. En concreto, los caracteres en tercer tono se pronuncian generalmente en segundo tono cuando preceden a otros caracteres con tercer tono. Esto, en realidad, hace que sea más fácil pronunciarlo y evita que los oyentes se mareen mientras escuchan, pero es difícil recordarlo todo el tiempo. Nuestro consejo es que os centréis en conseguir "hola" (Ni3hao3) de manera correcta, y que sirva como base para el cambio de tono en otras palabras y frases. Como estudiante principiante, te mantenemos informado, pero aún no empieces a tirarte de los pelos.